Los mejores consejos para enseñarle mindfulness a tus hijos.
Los hábitos que están compuestos temprano en la vida influenciarán los comportamientos en la adultez, y con atención plena, poseemos la posibilidad de darles a los más pequeños el hábito de ser pacíficos, amables y receptivos. De esta forma les preparamos para conocer el alivio ante cualquier complejidad que logren hallar en la vida. Además, a medida que nuestros propios cerebros se desarrollan durante nuestras propias vidas, las conexiones en los circuitos prefrontales se generan a su ritmo más veloz a lo extenso de la niñez.
El mindfulness (o atención plena) promueve capacidades que se controlan en la corteza prefrontal, como la concentración, enfoque y el control cognitivo, que puede tener un efecto especial en el desarrollo de capacidades que integran la autorregulación de emociones, el juicio y la paciencia a lo largo de la niñez. ¿Cómo puedes practicarlo con ellos a partir de niños? Te proveemos ciertos tips.
Primero lo primero: Solidifica tu propia práctica
No hay mejor forma de enseñar algo que por medio del ejemplo. Si tu hijo te ve en un estado de paz predeterminado, se contagiará de eso. No puedes enseñar algo que no profesas. Lo primero es que tú mismo cuides de tu tiempo de reflexión y autocuidado, que goces del instante presente y que te conozcas emocionalmente. Crea un lugar (para ti y tus hijos) que sea pacífico y más relevante, no tengas expectativas para tu práctica ni la de tus chicos. Deja que fluya.
Escuchar la campana
Una forma simple para que los chicos practiquen la atención es concentrarse en lo cual tienen la posibilidad de oír. Puedes utilizar un cuenco, una campana, un juego de campanas o una aplicación de teléfono que tenga sonidos. Dile a tus hijos que harás el ruido, y que tienen que oír con atención hasta que por el momento no logren oír el ruido (que principalmente es de 30 segundos a un minuto). Este ejercicio tiene un impacto calmante y es una manera divertida de enseñarles a colocar atención a su ámbito.
Práctica de gratitud
La gratitud es un elemento importante del mindfulness, y un instrumento poderosa que muestra a los chicos a ver la copiosidad en sus vidas, en vez de centrarse las cosas que quieren (que cambian todo el tiempo). Cada noche o mañana, en la mesa o en el carro tienen la posibilidad de compartir una cosa por la que permanecen agradecidos. Se convertirá en una las piezas preferidas del día.
Respiración
Ofrecer una instrucción de solo «poner atención a la respiración» a chicos podría ser difícil. Hagan un ejercicio de «compañero de respiración» donde cada infante agarra un peluche y lo pone sobre su barriga. Empiezan a respirar y centran su atención en ver cómo asciende y baja el peluche a medida que inhalan y exhalan.